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Al abordar un cambio en nuestra vida, nos encontramos con los limites de nuestra conciencia, porqué percibimos la realidad de esta manera singular y distinta de otros incluso cercanos?. Este complejo se fundamentó en las circunstancias de nuestra familia, principalmente respondiendo a un instinto de básico de supervivencia. Nuestras elecciones se orientaron básicamente en función del sentimiento de culpa ó inocencia , dos concepciones que han ido impregnando opiniones y rechazos casi sin darnos cuenta.
Algunas citas de Helinguer al repecto:
Los prejuicios más importantes de la conciencia son culpa e inocencia y lo que inmediatamente está ligado a ellos. Por ejemplo, expiación y justicia. Esos prejuicios tienen consecuencias de muy largo alcance, tanto para nuestra vida personal como en nuestro éxito o fracaso en nuestra profesión.
Seguimos a un movimiento de la conciencia que exige de nosotros un razonamiento y un comportamiento a través del cual obtenemos la seguridad de poder pertenecer a ese grupo que es importante para nosotros, o sea en primer lugar nuestra familia de origen. Este movimiento de la conciencia tiene para nosotros un efecto positivo. Con él nos sentimos bien y seguros. Esa buena conciencia es la mejor almohada.
Al mismo tiempo ese movimiento me obliga a liberar y excluir de mi cariño a otros, pues si yo pensase y sintiese como ellos y me pareciese bien lo que ellos consideran bueno y correcto, yo estaría poniendo en peligro la pertenencia a mi grupo. Inmediatamente tendría una mala conciencia, me sentiría culpable.
La expiación
Cuando yo me siento culpable debo hacer algo para volver a sentirme inocente. Esto significa, debo hacer algo que me permita volver a tener la seguridad de poder pertenecer, cueste lo que cueste. Tengo que decidirme por algo y rechazar lo otro. Sigo siendo amo de mis decisiones y amo de mi destino – también amo del destino de aquellos a quienes rechazo. Me convertiré en forjador de mi felicidad y de su desventura.
De pronto nos estamos moviendo en el ámbito de la justicia. La justicia pretende reestablecer lo bueno y castigar lo malo para reparar el daño de acuerdo a las normas de mí conciencia o, si esto no es posible, eliminarlo.
Ignacio Moriyón Ruíz
Dirige un centro de crecimiento personal con más de 20 años de historia en Oviedo (Asturias) . Se ha formado en constelaciones familiares, desde su evolución hasta las nuevas “Constelaciones del Espíritu” y la “Hellinger Sciencia”